El 28 de enero se ha celebrado el Día Internacional de la Protección de Datos Personales, coincidiendo con el aniversario del Convenio 108/1981, del Consejo de Europa, para la protección de las personas con respecto al tratamiento automatizado de datos de carácter Personal. Esta normativa europea se está estableciendo como un estándar universal, aunque estas normas sobre privacidad tienen antecedentes en otros continentes, como la cultura estadounidense respecto a la consideración del derecho a la vida privada, frente al derecho a la información y a la libertad de expresión.
La revisión del Convenio 108/1981 y la entrada en vigor del Reglamento General de Protección de Datos, en el actual contexto de transformación digital, fuerzan a que el cumplimiento de la normativa sea eficaz, dadas las graves consecuencias que puede tener su inobservancia.
Hasta hace bien poco, muchas empresas podían considerar que la normativa e implantación de la LOPD no era más que un disposición meramente formal, dándose, además, el fenómeno de la aparición de empresas y “profesionales expertos” en materia de protección de datos que, realmente, no tenían ni formación, ni experiencia. Sin embargo, en el contexto actual se necesitan profesionales con formación, compromiso y experiencia que ayuden a implantar la Ley en las empresas, de modo que se garantice el cumplimiento normativo.
Seguro que en un futuro inmediato las empresas no sólo se disputen su reputación digital, sino también la viabilidad de la organización empresarial, si no se respeta el derecho a la protección de datos personales.
Todos los avances en la Inteligencia Artificial deben estar sujetos a las actuales normas nacionales y europeas con el objetivo de garantizar el derecho fundamental a la protección de datos, como entrada a otros derechos fundamentales básicos. Porque con este derecho y deber de protección no se protegen datos, se protegen personas. Y esta obligación de protección no recae sólo sobre las grandes empresas, recae sobre toda aquella Organización, Empresa o Emprendedor que almacene datos personales en sus sistemas informáticos.
Así lo comprenden ya la mayoría de directivos de las empresas. Cabe destacar que los ataques cibernéticos y la pérdida de datos encabezan la lista de riesgos que más preocupa n a los ejecutivos de las empresas, ya que, según Willis Towers Watson y Allen Overy, más de la mitad de los encuestados reconocen haber sufrido algún ataque cibernético o pérdida de datos en el último año.
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